El enamoramiento es un síntoma… Parte 4

El apego: Adicción a otra persona

Continúa de las partes anteriores: Parte 1  Parte 2 Parte 3

  1. Adicción a la otra persona.El apego: adicción a otra persona:

El primer apego de la vida es el del niño hacia su madre. Entendamos por apego una conexión emocional con otra persona y la necesidad total de dicha conexión. Esta experiencia se da en todos los seres humanos, es una experiencia fundamental. En la infancia y en muchos momentos de nuestra vida sentimos que “no podemos vivir” sin esa conexión.

Cuando somos un bebé o niño indefenso, instintivamente sabemos que necesitamos de la madre para sobrevivir, de ahí que sea más lógica la sensación de apego total y de dependencia. Pero a medida que pasa el tiempo, uno debe ir ganando autonomía, así como seguridad e independencia emocional, un equilibrio entre el mundo, mi madre y yo.  Si este proceso queda bloqueado, dañado, de adulto se va a relacionar con un apego infantil, imposible de soportar para su entorno.

Se van a dar 4 formas de apego en la vida adulta, todas ellas basadas en nuestras experiencias infantiles:

  1. Apego seguro: Niños cuyas madres se ausentan poco y cuando lo hace colma al niño de abrazos y seguridad. El niño interioriza poco a poco que su madre vuelve, se siente seguro de ello (logra simbolizarse a la madre, como decíamos más arriba). Poco a poco podrá soportar mayor tiempo de alejamiento, porque logra representarse a su madre cuando no está. Además la representa como una madre buena y segura. En este tipo de apego el niño ha obtenido una base segura para explorar poco a poco el mundo con valentía. Hay un vínculo con la madre donde se potencia la autonomía pero donde a su vez se puede volver a obtener protección y consuelo. No hay duda –para el infante- de que ella siempre está, de un modo u otro. La madre siempre le dio consuelo o aquello que necesitó según el momento.

Muchas veces la presencia física de la madre/padre no es posible, por necesidades personales o laborales, y sin embargo logra ser una presencia muy real –a través de cualquier medio a distancia, palabras, actitudes….etc. - que nutren profundamente al niño/a, ya que bastan esas palabras oportunas de cariño, o cualquier otro tipo de intervenciones adecuadas, para que el infante sienta la protección y amparo de tales padres. Por el contrario, se da en multitud de casos que pese a la presencia física continuada de los padres, éstos muestren un demoledor abismo y una gran lejanía emocional para con sus hijos.

Los siguientes tres tipos de apego son todos ellos “inseguros” (las madres o personas cuidadoras de estos niños fueron frías con ellos, irradiaron inaccesibilidad emocional, y en no pocos casos rechazaron o descuidaron directamente a sus hijos):

  1. Apego ambivalente (o resistente): Niños que se sienten muy molestos con la ausencia de la madre –ésta no dio información amorosa al niño, simplemente se ausentó continuamente y no quedó al niño colmado de alguna información (a través de gestos y palabras) que le hicieran quedarse tranquilo y confiado-. Estos niños, cuando la madre vuelve, sienten una mezcla de alegría y rechazo, debido al enfado que presentan.
  2. Apego evasivo: Se queda tranquilo aunque la madre no esté, y cuando la madre vuelve parece eludirla, a modo de rechazo. Puede dar la sensación de que no le importa ni que se haya ido ni que haya vuelto, pero en realidad está enojado, actúa así debido a su malestar. Es otra forma de expresarlo. Es como decir: “tú me abandonas, o tengo miedo de que me abandones, entonces ahora te abandono yo”..
  3. Apego desorganizado (o desorientado): Estos niños presentan conductas menos identificables, son más contradictorios (por ejemplo van hacia la madre rápidamente cuando vuelve, pero mirando en otra dirección, o se muestran aturdidos, como bloqueados, no sabes qué les pasa… ).

Es posible superar estas situaciones de apego inseguro, pero de nuevo pongo a continuación un párrafo  que nos aclara cómo esto se vuelve complicado (Teorías de la personalidad, pág. 299):

Aunque en principio es posible superar un apego inseguro formando más tarde un mejor apego con otra persona, por desgracia a menudo es difícil, porque un apego inseguro produce respuestas que enemistan a la persona con los demás, lo que interfiere con la creación de nuevos apegos. La mezcla de cercanía y rechazo del patrón ambivalente puede ser difícil de manejar (…) así como también puede serlo la indiferencia y la distancia del patrón evasivo. Estos patrones pueden causar reacciones adversas en los demás, lo que confirma la percepción que en principio les dio origen (es decir, que no se puede contar con nadie cuando se necesita).

Efectos en la adultez

El niño que adoptó una forma de apego evasiva, va a mostrarse igual con su pareja en la vida adulta (hoy está, mañana no… un día muestra cariño el otro está ausente…) y ésta no va llevar bien tal ambigüedad. Seguramente va a reaccionar de formas que a aquél no le gustan, y eso le va a hacer concluir que “como él presuponía”, no es realmente amado. No va a tomar consciencia fácilmente de ser él quien esté provocando tales interferencias en la vida de pareja.

Hasta que no resolvamos el conflicto infantil, no dejaremos de relacionarnos con los demás de forma problemática, inmersos en nuestro “yo” dañado, y no en nuestro yo adulto y libre. Todos somos muy sensibles en el presente a aspectos que en otro tiempo, desde nuestra mente infantil, fueron para nosotros cruciales y fuente de gran angustia y sufrimiento.

Nos formamos una IDENTIDAD en base a las experiencias de nuestros primeros años de vida. Son las primeras letras que “impactan” en la página en blanco que somos al nacer. Y son las que más huella dejan.

Pero, como dice Erikson, en su Teoría del Desarrollo Psicosocial, sí podemos re-modelarnos de nuevo, crecer, sanar. Para él,  la identidad del yo es la noción experimentada conscientemente que el individuo tiene de sí mismo, la que se deriva de las interacciones con la realidad social, pero afirma que la identidad del yo se modifica constantemente en respuesta a los cambios en el medio social. Para Erikson resulta crucial formar y mantener un fuerte sentido  de identidad del yo, y consideraba que la ausencia de esa identidad era una causa importante de mal ajuste.

  1. NeurosisConflictos psíquicos resultantes. Neurosis y mecanismos de defensa.

Quiero hacer notar al lector que en lo cotidiano tomamos como “cosas normales de enamorados” infinidad de actitudes que en realidad están claramente catalogadas como enfermedades, pero falta consciencia individual y social sobre ello. Concretamente: Trastornos psicológicos como: fobias (neurosis fóbicas), neurosis de angustia (crisis de pánico), supersticiones (sotería), neurastenia, neurosis obsesivo-compulsivas, neurosis de conversión (histeria), hipocondría (el enfermo imaginario), trastornos de la personalidad, trastorno antisocial (psicopatía, sociopatía, neurosis del carácter), trastorno paranoide, trastorno histriónico, trastorno narcisista, trastorno por evitación,  trastorno por dependencia, depresión y manía, esquizofrenia, paranoia, alcoholismo, trastornos psicosexuales….etc.

Aclaremos primero estos dos términos:

Neurosis y psicosis:

  1. Las neurosis son el modo que tenemos de denominar al conjunto de síntomas psíquicos y emocionales producidos por un conflicto psicológico, los cuales se han hecho crónicos, es decir, perduran en el tiempo, forman parte de nuestra vida, afectando su calidad. Se conserva la capacidad de razonar coherentemente. La neurosis se da en personas globalmente sanas, e incluso muy válidas en todas sus facetas, pero arrastran una serie de síntomas por un conflicto sin resolver.

Para Freud, y en consonancia con la práctica totalidad de las corrientes psicológicas, la persona neurótica está dividida interiormente. ¿En qué sentido?: en el sentido de que sus conflictos psíquicos le generan angustia, ante la cual se le disparan una serie de mecanismos de defensa para no llegar a sentir dicha angustia: Pero estos mecanismos de defensa fallan y ahí aparecen los síntomas (no siento la angustia pero la energía conflictiva clama por salir desde el interior y lo hace en forma de taquicardias sin causa física, o dolor de cabeza… ).

La persona está dividida en dos partes: la inconsciente (con sus conflictos) y la consciente (que lucha para no ver la parte conflictiva). De ahí nacen los síntomas neuróticos. El síntoma neurótico es en realidad una riqueza si logramos escucharlo. Es una llamada a la acción y al cambio. Estos síntomas nos dicen que hay algo en lo inconsciente por resolver. Afrontándolo, vamos a hacer posible su sanación,  y la consecuente unificación de nuestra persona. Sanación y unificación van de la mano. Ser un todo armonioso (sin dividir) va a crear una persona nueva en nosotros, y nos va a sorprender la asombrosa libertad y calidad de vida que obtendremos tras ello.

  1. Las psicosis sin embargo son consideradas auténticas enfermedades mentales. Producen una alteración de la capacidad de juicio y raciocinio, de la percepción y el modo en que se capta la realidad.

En la neurosis se manifiestan síntomas psíquicos y emocionales “molestos”, o penosos y en cierto modo entorpecedores, pero no existen alteraciones importante del pensamiento y capacidad de juicio.

Es una diferencia de grado. Si la neurosis se hace muy grave, se la puede confundir con una psicosis.

Leer la última parte  Parte 5. 

OLGA RIVAS CORRALES

 


Fue paciente del Lic. Axel Rozen, ver comentario realizado por ella sobre dicho tratamiento.

  • Profesora de primaria.
  • Título de Grado en consultoría psicológica por la Bircham International University.
  • Acreditada legalmente por la Asociación Española del Counselling.
  • Amplia formación en psicoanálisis y psicología transpersonal (máster).
Puedo trabajar con cualquier cuestión psicológica y emocional en personas que no tengan diagnosticos competencia de un licenciado en psicología. Es decir trabajar los malestares de personas global mente sanas.  Mis ámbitos de mayor interés son los problemas psicopedagógicos en adolescentes ( cuando ambos aspectos van unidos ) y las adicciones amorosas en adultos , pero cualquier cuestión que se me presente me resultará igualmente motivadora.

cursospsiorc@gmail.com

http://ayuda-psicoemocional.webnode.es

Autora del libro: Planeta tierra nada es lo que parece.

BIBLIOGRAFÍA Al final de la última parte publicada.

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